/**Silent Scream**/

¡Buenas! Pues nada, que he empezado ha escribir un fic y se me ha ocurrido colgarlo. Es de Twincest así que si ha alguien le molesta, que me lo diga y lo dejaré de colgar o que simplemente no lo lea. Lo que dejo hoy es una especie de pequeño resumen de la historia para que veais de qué va a ir. Nada más^^*.


**SILENT SCREAM**

Berlín, uno de enero de 2014. La ciudad continúa intacta, tal y como hace ocho años, algo más contaminada. Sólo hay un pequeño cambio que intenta pasar desapercibido entre la gente de Alemania y el mundo entero: en los grandes estudios de Tokio Hotel los riffs de guitarra han dejado de ser tan fuertes y vivos como lo eran antes. Tom Kaulitz ya no forma parte de la antes gran banda musical. En realidad, ese no es el único cambio, ya que ha sido reemplazado por una joven guitarrista, Helen Stuff, novia actual del misterioso vocalista Bill Kaulitz.

Aunque ya todo el éxito de la banda parece perdido, el regreso del apuesto guitarrista cambiará el rumbo de las cosas, no solo en el grupo, sino también en los sentimientos de su hermano...

En un grupo donde toda autenticidad y fama ya están perdidas. En los sentimientos de Bill que parecen rotos e inertes. Sólo Tom puede salvar ambas situaciones. Pero,¿podrá conseguirlo?


Hasta aquí el resumen. Opinad sobre él y comentad si queréis que la siga^^
Nada más.
B$$

PS: Ya me tengo que desconectar así que si sigo el fic será mañana.

Sayonara!**

Konnichiwa!! Ante todo, gracias por comentar el pequeño resumen y perdón por la tardanza del primer capítulo, el que hoy dejo aquí. Espero que os guste, y si es así, agradecería que me dejarais algún post por aquí perdido*^. Nada más^^



CAPÍTULO 1:
La nieve caía tras las ventanas de las ilustres casas del barrio más adinerado de Berlín. Los niños corrían y jugaban felices entre montones de muñecos de nieve. Entre gritos de emoción y carcajadas de felicidad se encontraba uno de los ciudadanos más ricos del lugar. El muchacho, que no superaba los veinticinco años de edad, se acurrucaba entre la basta tela de su negra gabardina. Siempre había destacado entre los demás por su original pelo en punta, el cual ahora llevaba liso, sobre los hombros, y por la belleza de sus brillantes ojos. Pero esta parecía haber sucumbido en las pupilas del cantante, las cuales parecían heladas e inexpresivas desde la partida de su hermano. Bill Kaulitz ya no era el mismo y todos lo sabían. El joven suspiraba mientras se abría paso entre la gente. De repente escuchó que una voz femenina lo nombraba. Una voz que conocía y que lo hería por dentro. Sin embargo se obligó a sonreír.

-Helen…-Ella se echó a sus brazos y él la rodeó cerrando los ojos.
-Bill, ¿por qué te has ido del estudio? ¿Te encuentras mal?-Tragó saliva.
-Estoy… un poco mareado…Pero no te preocupes, se me pasará.-Ella se aferró con más fuerza a él y Bill hundió su cara entre el rojizo cabello de la pequeña muchacha.
-Te quiero-dijo ella en voz baja. Él suspiró amargamente.
-Y yo…-susurró. “Ya va siendo hora de borrar del mapa el pasado. Voy a empezar de cero. Tienes que hacerlo, Bill”-Regresemos al estudio, ¿ok?-Helen sonrió y, tras aferrar una de las heladas manos de Bill desaparecieron entre la multitud.

En otro lugar, alguien tampoco estaba en su mejor momento. El chico de largas rastas se batía en duelo con sus sentimientos. Hacía ya casi tres años que se había marchado de su grupo, Tokio Hotel. No había podido con la presión de la fama, o al menos eso era lo que creía todo el mundo. Solo una persona sabía la verdad porque la había vivido con él. Aquella persona a la que tanto anhelaba ver. A la que tanto deseaba acariciar…
-¡Enfermo!-se dijo mientras se golpeaba en la frente.-Tú lo que estás es enfermo perdido, Tom.-Suspiró y se volvió a sentar en la cama de su pequeño ático. Tras su salida de la banda, se había mudado a un pequeño distrito de Tokio a vivir. Se había alejado tal vez demasiado de su país natal, pero lo necesitaba. Necesitaba olvidar el pasado, una nueva vida, aunque eso significara dejar atrás su propia esencia. Pero, desgraciadamente, ni el tiempo ni la distancia habían conseguido que se alejara lo más mínimo de sus recuerdos. Y sabía que si no hacía algo rápido acabaría muy mal. Agitó la cabeza y se echó en la cama perdiéndose poco a poco en la neblina de los sueños.
Se encontraba en una escena emocionante. Allí arriba, tan alto, observado y admirado como le gustaba sentirse, con un montón de gente coreando aquella significativa canción. Los poros de su piel desprendían adrenalina y euforia por todos lados mientras acariciaba casi bruscamente las cuerdas de su guitarra blanca. Oyó una melódica voz acercarse a él. De repente, el suave peso de un cuerpo se acomodaba sobre su espalda. Estaba fascinado, emocionado de volver a sentir aquel calor tan similar al suyo cerca de él. Disfrutaba oyendo aquella voz que en una ocasión le habían susurrado al oído un par de incandescentes notas de amor. Cerró los ojos y, junto a su gemelo pronunció algunas frases de “In die nacht”, una canción hecha para y por ellos dos. Entonces abrió los ojos y aquel maravilloso momento se desvaneció en el aire. Se incorporó y, tras restregar sus doloridos y húmedos ojos pronunció:
-Espérame.

Correteaban escaleras abajo. El delgado pelinegro corría detrás de la joven muchacha mientras unas alegres amenazas salían de su boca. Ella reía de forma exagerada, desafiándolo. Hasta que llegó a la última sala y se paró detrás de una mesa. Él se abalanzó sobre ella abrazándola por detrás, con habitual delicadeza. Ambos no podían cesar de reír, hasta tal punto que sus agitadas respiraciones suponían un reto. Ella cogió sus manos, cosa que habituaba a hacer, pues las delgadas y suaves manos del cantante eran una de las cosas que más le gustaban de él.
-Te dije que te atraparía…-susurró aquella dulce voz masculina.
-Confiaba en ello desde el principio-confesó Helen con una sonrisa. Él se la devolvió y se dispuso a besarla cuando alguien abrió la puerta.
-E-jem-carraspeó el intruso.-Bill, te esperan en la oficina.
-¿Tienes idea de para qué, Gustav?-preguntó aún abrazando a la chica.
-No me lo han querido contar, así que debe ser información confidencial.
-OK, voy para allá.-Tras darle su prometido beso, esta vez verdadero, a Helen salió de la sala, sin sospechar que aquel sería el último beso sincero que le daría a la dulce guitarrista.




Hasta aquí el primero, de nuevo espero que os guste**
Sayonara!!

¡Kya! Aquí va el segundo capítulo, aunque veo que no está teniendo demasiado éxito. Lo seguiré un par de caps y si tienen la misma suerte que los anteriores, dejaré de publicarlo.

A Karlatissa:gracias por los coments y claro que los puedes guardar en tu ordena, no me importa^^

Bueno, aquí va:


CAPÍTULO 2:
Bill andaba escaleras arriba en busca de la oficina. Cuando dio con la puerta de diseño rústico, no tardó en girar el picaporte y pasar al interior de la sala. Un par de personas se encontraban allí sentadas, junto al ordenador principal.

-Bill, siéntate-ofreció su manager, David Jost. El muchacho así lo hizo.
-¿Qué era eso tan importante que tenías que comunicarme?-preguntó con un punto de impaciencia. David sonrió con misterio.
-Algo que te cambiará la amargada cara que últimamente llevas cuando lo sepas.-Bill alzó una ceja.
-Entonces debe ser algo fabulosamente genial-reconoció el cantante.
-Fantástico, esa es la palabra-rectificó el hombre.
-Bueno, deja ya de usar palabras y pasemos a los hechos-pidió el pelinegro.
-No seas impaciente, Bill. Todo a su tiempo-comentó, con una sonrisa perversa. Le encantaba enfadar al muchacho.
-¡Muéstramelo ya!-exigió impacientado.-Te pago para eso, no para que hagas el tonto como lo haces.
-Está bien, está bien.-Dicho esto le tendió un sobre.
-¿Esto era lo emocionante?
-Antes de rechistar lee lo que lleva dentro.-El cantante abrió el sobre y sacó una especie de carta. La desplegó y comenzó a leer. A medida que avanzaba le costaba más asimilar aquellas increíbles frases. Cuando terminó sólo pudo decir:
-No es cierto…-David lo miró con una sonrisilla burlona.
-Sí, sí lo es.-Tras beber un sorbo de agua pronunció:-Tu hermano ha vuelto.

No hacía más que dar vueltas por la sala. Su cara se escondía entre su revuelto pelo, pero su imponente gesto de preocupación saltaba a la vista de sus dos compañeros. Con tono inseguro, formuló una pregunta, rompiendo el hielo.
-¿No está tardando demasiado?-Gustav y Georg dirigieron la mirada hacia aquella delgada y blanquecina figura.
-David se enrolla mucho-explicó el baterista en un vano intento de tranquilizar a la muchacha.
-No sé…-dijo, indecisa.
-Ni que le estuvieran haciendo una vasectomía-saltó el bajista, tan bromista como siempre. En ese momento la puerta se abrió y apareció Bill. Su cara era un poema, pero una media sonrisa amarga decoraba su rostro.
-¿Qué pasa?-preguntó la joven.
-¿Algo grave?-formuló Gustav. Bill suspiró.
-Algo increíble.-Hizo una pausa y cogió aire para dar la noticia.-Tom regresa.-Un silencio descomunal se apoderó de la sala.
-Pero… pero eso es… ¡es fantástico!-exclamó emocionado Gustav. Todos habían echado de menos al alegre guitarrista. Y tal vez para el bajista y el batería aquello fuera una de las mejores noticias que podían recibir. Pero Bill no lo tenía tan claro. Mientras sus dos compañeros masculinos celebraban la vuelta del guitarrista, Bill sintió una oleada de desesperación. Le costó mucho separarse de su hermano y tardó meses en aceptar que él ya no estaría más a su lado en la banda. Había pasado incontables noches de agonía bajo las sábanas. Se había pasado días enteros sin poder parar de llorar. Lo había esperado durante tres años con la mínima esperanza de que regresara. Y justo cuando hace una semana que decidió volver a vivir, cuando se dispuso a olvidarlo, regresa. Tampoco conocía los motivos que Tom tenía para regresar después de tanto tiempo sin dar señales de vida. Enterró el rostro entre las manos, abrumado y dolorido por todo aquello. Se sobresaltó al notar la calidez de unas finas manos sobre su nuca. Entonces se dio cuenta de que también estaba ella, su ahora novia Helen. La pequeña muchacha a la que le había dado una oportunidad sentimental por ciertas circunstancias pasadas. La chica que más lo quería en el mundo. Estaba seguro de que ella estaba dispuesta a todo por él.
-Bill…-susurró con un tono de lástima, como si intuyera el gran dolor que él sentía. Y fue entonces, cuando se miraron a los ojos, que el cantante comprendió que iba a ser muy difícil corresponderla, pero el intento valdría la pena. Iba a empezar una nueva vida estuviera o no Tom. Al fin y al cabo era sólo su hermano. Nada, nadie más. Le sonrió y la besó con énfasis, susurrándole al oído las dos palabras que ella más anhelaba oír, aunque no sonaran completamente sinceras.
-Te quiero.

Espero que os guste^^

Sayo!!!B$$

wweeeeeeeeeeeeeeeeeee aqii tOyy yOo jaja
pOes me Laa hee LeiidO ii mee Gustaa, aSiiQee
iiaa como diCeeSs tiieeNee exxiitO, aSiiQee
Laa pueDeeSs SeguiiR pubLiicaNDo xDDDD

SiigueeeLAaaaaaaaaaHH