¡Hallo! Bueeenooo....Me e animado a colgar aqui uno de mis ficc. Aunque no se me dan del todo biien T___T
Espero que os guste.... Capitulos:Prologo.[En esta pag]
Capitulo 1. Amnesia.[En esta pag]
Capitulo 2. Pesadilla.[En esta pag]
Capitulo 3. El primer Encuentro.[En esta pag]
Capitulo 4. Tom, un Nombre que se grabó a fuego.Actualizado: 7 de julio.
Simple atracción por lo prohibido.
El silencio reinaba en aquella pequeña habitación. Era de noche, y a través de la ventana se veía caer una capa de lluvia fina. La maquina que se encontraba a su izquierda no dejaba de emitir un pitido cada pocos segundos, un sonido realmente desagradable cuando intentas conciliar el sueño.
A pocos metros de la cama de sabanas inmaculadas, se hallaba un silloncito de color marrón oscuro, de piel dura. Nadie reposaba en el, era insoportable estar sentado ahí.
Helena, comenzó a abrir los ojos despacio. Sin ver aun con total nitidez, se distinguió en una habitación de hospital. A pesar de que las luces estaban apagadas, los aparatos que la rodeaban bañaban la habitación con una débil luz. Una silueta se recortaba entre la penumbra. Le dolía la cabeza, no entendía que había pasado, ni tampoco que hacia ella allí, con una aguja clavada en la muñeca y rodeada de cables.
-¿Qué…-intento formar una pregunta, pero su garganta estaba demasiado seca, y se encontraba demasiado débil. La figura reacciono de inmediato, sorprendida.
-¡¡Enfermera!!-grito una voz masculina, procedente de la figura que se había acercado velozmente asta la cama de la muchacha.
Su mano agarro la de la chica, que miro el gesto, inexpresiva, y retiro la mano con delicadeza. Miro unos segundos al chico que se encontraba inclinado sobre la cama, y que había vuelto, insistente, a coger la mano de Helena.
Tenía el pelo largo, de color negro. Su cara era fina y con gestos suaves, con una mirada intensa y penetrante. Sus manos eran grandes, de dedos largos y con las uñas pintada de color negro. De la expresión que había tomado el chico, solo podíamos sacar una infinita ternura. Un amor casi inexplicable…
-¿Quién eres?-consiguió escupir, la muchacha justo cuando la enfermera entro en la habitación. Bill la miro unos instantes, antes de ser apartado, algo bruscamente por la enfermera de turno…
1º Capitulo. Amnesia. -Sufre amnesia-recalco el doctor.- Es normal…después de todo, ha estado 4 meses en coma. Para hacer honor a la verdad chico, yo no tenia esperanzas de que sobreviviese. Pero tú estabas con ella, con tanto empeño, día y noche…posiblemente tú fuiste el que ha conseguido esto…
-Pero…- al muchacho le sudaban las manos y no era capad de formular una sola frase coherente-
-Si, recuperara la memoria…con el tiempo-leyó el doctor la pregunta en los ojos de Bill-. Tampoco hay que presionarla, esta amnesia es solo temporal, poco a poco lo recordara todo. Mientras tanto tienes que ayudarla a recordar, sin presiones, si no se acuerda enseguida no pasa nada. Mucha paciencia es lo que hay que tener ahora...-giro la cabeza para observar a la joven que yacía dormida en la cama.
-He tenido paciencia estos cuatro meses… No la voy a perder ahora…-murmuro ofendido.
El joven dio por zanjado el tema y se acerco a la cama de Helena. La chica dormía plácidamente. Bill la miraba, con preocupación, temiendo que ahora que estaba dormida no volviese a despertar jamás…Y él no volvería a ver a aquellos ojos caramelo, tan profundos y dulces…Pero se sonrío para si mismo al verla, sonreír en sueños. Estaba preciosa, tenía ganas de besarla, abrazarla y hacerla suya. Había pasado tanto miedo, miedo de perderla para siempre. No, no lo soportaría, se negaba a aceptar que ella se fuese para no volver…
Se sentó en el incomodísimo sillón marrón y la contempló en silencio. Poco después él también cayo, rendido de cansancio. Había pasado demasiadas noches en vela. Hacia casi dos meses que no dormía en una cama. Apenas pegaba ojo, temiendo que cuando se durmiese ella diese su ultimo suspiro de vida. Pero ahora, ahora podía descansar tranquilo, sabiendo que ella esta bien, que nada la pasaría ahora.
Se despertó con un horrible dolor de cuello, por no hablar del de la espalda. Se estirazo dolorido y comprobó como Helena, estaba sentada en la cama, como los indios, como solía hacer en la suya, y la sonrío, esta se la devolvió.
-Tu móvil lleva sonando un rato, pero no te quise despertar…-susurro con voz ronca.
-No importa. ¿Estas mejor?-preguntó mientras buscaba el móvil.
-La cabeza me sigue dando vueltas.
-Me alegro de que ya solo sea eso…-se levanto y con una sonrisa salió de la habitación, mientras llamaba por teléfono.
Helena se quedo sentada donde estaba, mirando la blanca pared. Pensando en él, realmente no sabia quien era, podía ser algún pariente… incluso su hermano y no recordarle. La verdad es que era desesperante, no recordar absolutamente nada. Suspiro, e intento pensar en lo ultimo que hizo –que ella recordase, claro-. Pero no sacaba nada en claro, por más vueltas que le daba…nada la conducía a ese muchacho.
En el pasillo, Bill mantenía una charla por teléfono. Su gemelo, al otro lado del auricular, gritaba emocionado por la noticia.
-¿Entonces ya esta bien? ¿Podrá volver con nosotros?
-Claro…cuando se acuerde de quienes somos…-suspiró
-¿Cómo?-pregunto extrañado.
-Tiene amnesia… Por suerte es solo temporal…Pero por ahora, no me recuerda...y no creo que a ti…
-…-un incomodo silencio se apodero del momento- Mi Helenita no se acuerda de mí…pero…no puede ser…
-Tom vuelvo con ella, esta sola, no quiero dejarla sola. ¿Vendrás a verla ahora que esta despierta?-pregunto, dejando ver un suave tono de reproche.
-Bill... Ya sabes por que no e ido a verla. No puedo, no podía verla así… y mas sabiendo que todo fue culpa mía…
-Has estado cuatro meses sin venir a visitarla. Aun que claro, a ti todo te da igual. Ella te daba igual.
-No digas eso, joder. Sabes que no es verdad. Sabes de sobra que he estado tan preocupado como tu. Pero no puedo hacerle frente a que casi muere…por mí.
-Si, por ti…-murmuro, enfadado- Ya estas avisado tom. Espero que te dignes a venir. Adiós.
Helena, aunque aun no estaba repuesta, se había metido en la ducha. Cuando Bill entro encontró una habitación vacía.Helena, estaba en la ducha se la oía desde fuera. Cantaba una canción, que para Bill era desconocida. Pero le encantaba escucharla cantar bajo el agua.
Mientras la esperaba, sentado en una silla. Pensó en Tom… había sido muy capullo. Era verdad que todo esto era por su culpa. Pero tampoco tenia derecho de machacarle todos los días por ello, bastante mal lo pasaba ya el solo con su conciencia.
-Mi Helenita…-bufó recordando la conversación…
Cuando salió del baño, se lio en una toalla, y limpio el vapor del espejo, y se miro unos instantes…Entonces pequeños recuerdos la asaltaron, llenándola de añoranza…
2º Capitulo. Pesadilla.‘Desde la penumbra de la habitación un chico observaba con ojos llorosos un cuerpo inerte, sin vida, vacio…
Sus manos sudaban y su labio inferior temblaba de forma excesiva.
Estaba muerta. Muerta por su culpa. Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos sin oponer resistencia. Despacio, aun temeroso se acerco al cuerpo de la chica. La miro, la observo y chupo cada detalle de su belleza antes de que esta desapareciese para siempre, convirtiendo a Helena en un cadáver pálido y corrompido.
Un golpe le sobre salto. Miro a la puerta con desesperación silenciosa y volvió a bajar la vista asta el cadáver. Otro golpe…y otro…un grito… otro golpe.
Se agacho y la cogió lo que quedaba de aquella muchacha, y la llevo hasta su cama, donde la miro por última vez…
Otro golpe mas… La puerta se abrió bruscamente, y una silueta andrógina apareció entre las sombras, esta no se movió del umbral… estaba estupefacta…
-¿Qué has hecho tom? ¡¡¡¿Qué estas haciendo?!!!-Grito la silueta corriendo hacia la cama, en dirección a la muchacha muerta.- ¡No!, joder, he llegado tarde…
-Demasiado tarde, hermano…’Sobresaltado se levanto de la cama, estaba empapado. Aun sobresaltado, miro a su alrededor con suma desesperación, esperando encontrar el cadáver. Respiro hondo al comprobar que todo había sido una pesadilla… una pesadilla que se repetía noche tras noche, desde aquel fatídico día… Hoy había sido mas larga de lo habitual… Nunca lograba ver a Bill entrar desesperado…
Se paso la mano por las rastas mojadas en sudor. Se volvió a tumbar en la cama, intentado calmar su respiración…pero eso era imposible desde que tenía esas pesadillas. Que no eran pesadillas, si no recuerdos de lo pasado, recuerdos horribles, que lo atormentaban a todas horas…
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-Vamos… ¡Tienes que comer algo!-insistía la chica
-De verdad, no tengo hambre…
-Desde que estoy despierta no as salido de aquí, solo te e visto ir al baño, y haces un tiempo récor-Bill rio con ganas.
-pero de verdad… no me apetece comer.
-a ver… que no te enteras. No te estoy pidiendo tu opinión, y me da igual si te apetece o no. Es una orden ¿Lo captas?-su sonrisa se ensancho aun mas, si cabía- Así que ahora, te bajas a la cafetería de esta mierda de lugar, y te coges un buen bocata de tortilla… ¿Aquí hay de eso no? Bueno da igual, te coges lo que sea y te lo zampas ¿Capicci? Estas como un puto espagueti
Bill se carcajeo, pero ante la seriedad de la chica, se levanto del sillón color marrón, y se dirigió a la puerta. Mientras veía como Helena sonreía con satisfacción y superioridad.
-Cuando vuelvas te pienso oler el aliento, no me fio un pelo de ti- Bill no pudo evitar reírse mas fuerte, y asintiendo salió de la habitación
Bill no tardo demasiado, menos de lo que Helena esperaba. El había vuelto con una bandeja, con un gofre, que comenzó a comer en silencio en el sillón. Ella le observaba desde la cama, le parecía tan guapo y adorable… Pero aun su memoria no podía situarle. Aun que estaba segura de que era alguien importante para ella… muy importante.
-Bill…-susurro, él se giro, sorprendido de que le hubiese llamado por su nombre, aun no lo había hecho desde que despertó hacia una semana.
-¿si? ¿Qué ocurre?-dijo este a la vez que tragaba un trozo de gofre.
- Yo bueno… mi cerebro… yo... mi cabeza... no sé. Pero... no consigo... no consigo saber quien eres… yo... quiero saberlo... quiero saber quien eres tu en mi vida…
Bill paro de comer, y soltó el plato en la pequeña mesa que tenia al lado. Se acerco a Helena, quien lo observaba con detenimiento.
-Sinceramente... yo tampoco se quien soy, ni quien fui para ti…
-aján…-espero a que continuase.
- Te contare… algo. Por si te ayuda. Soy cantante. El vocalista de una banda, de la que tu eras muy fan, Tokio hotel- la chica sonrió inconscientemente al oír aquel nombre. El se percato del detalle.- eso lo recuerdas, ¿verdad?- la chica asintió.- Pues… tu y yo... éramos….-le costaba decir aquello... decirle aquello a ella.- Éramos pareja…
Entonces algo encendió una pequeña luz en la cabecita de Helena, era extraño, pero recordó una silueta… un silueta que cuyo rostro era borroso…
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Capitulo 4